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Hermandad del Resucitado

HERMANDAD DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, GLORIOSA RESURRECCIÓN DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, MARÍA SANTÍSIMA DE LA ALEGRÍA Y SANTA MARÍA MAGDALENA.

Sede Canónica  Iglesia de Santa Cruz

Hermano Mayor  D. José Joaquín Pastor Miranda

Año de fundacion  1601

Número de Hermanos  160

Túnica del cuerpo de Nazarenos  Del Sr. Resucitado: túnica color crema, capillo blanco con escudo bordado, capa blanca con franjas rojas a los lados; a la punta derecha va cogida en el hombro izquierdo. Cíngulo de cuerda anudada; guantes, calcetines y zapatillas blancas. De Ntra. Sra. De la Alegría: Túnica color crema, capillo blanco con escudo bordado, capa blanca con franjas celestes a los lados; la punta derecha va cogida en el hombro izquierdo. Cíngulo de cuerda anudada; guantes, calcetines y zapatillas blancas

Su paso procesional calza  Paso del resucitado 40 costaleros y paso de la Virgen 35 costaleras

Día salida procesional  Domingo de Resurrección

Fotografía: Nío Gómez

Jesús Resucitado

La Imagen de Jesús Resucitado, de autor anónimo y del siglo XVI, es una escultura de madera policromada que mantiene el modelo iconográfico habitual.

Cristo bendice con la diestra alzada y adopta elegante contraposto. Se cubre con paño dorado, anudado a la derecha; el torso, girado suavemente hacia la izquierda rompe la frontalidad. Mediante esta representación clásica, fechable hacia 1600, la resurrección del Señor da verdadero sentido al misterio pascual de Cristo, constituyendo el paso de la muerte a la vida, de la kénosis a la apoteosis.

Con la mano Izquierda sostiene un estandarte de plata de forma rectangular, con picos triangulares y campanillas: está decorado con tulipanes, hojarasca y una cartela vegetal en su centro con el anagrama de Jesús y los tres clavos. Data del primer tercio del siglo XVIII; a fines de esa misma centuria, un platero ecijano apellidado Franco, realizó las tres potencias de plata que ostenta sobre la cabeza.

La imagen de Cristo Resucitado fue bendecida después de ser restaurada por Ricardo Comas, en marzo de 1981. En dicha restauración no se encontró ningún dato por el que se conociese la identidad del autor, pero por sus características, rasgos y similitud con otras esculturas existentes de la época, Ricardo Comas aportó la posibilidad, bastante probable, de que perteneciera a la escuela del Greco. Como curiosidad, indicar que en el interior de la escultura, en una cavidad existente, el restaurador depositó de forma resguardada, monedas de la época y un ejemplar del ABC con la noticia del golpe de estado del 23 de febrero de 1981, exactamente la fecha en la que concluyó su restauración.

Durante el siglo XVIII y en su procesión anual, Cristo Resucitado era portado sobre unas sencillas andas de madera dorada: la imagen aparecía vestida con una camisa de finos encajes y cubierta con una capa de tela muy costosa. Actualmente sólo porta los atributos de orfebrería citados y procesiona sobre un paso de madera diseñado por el artista ecijano Rafael Amadeo Rojas, donde en la talla aparece en la parte inferior hojas de cardo, simbolizando la muerte, y en la parte superior hojas de palma, símbolo de la resurrección. Se hizo con la idea de que fuera solo un soporte y un fondo para la posterior colocación de una serie de figuras de gran tamaño en los distintos huecos que existen.

El paso anterior que tenía la imagen, estaba adornado con columnas toscanas y hornacinas con campanillas: fue tallado por el artífice local Antonio Martín Martín y diseñado por Emilio López. Este paso era llevado a hombros por los hermanos de la cofradía, a la manera tradicional ecijana. Posteriormente se pasó a costal, que es como procesiona actualmente.

Fotografía: Nío Gómez

Virgen de la Alegría

Se sabe que antiguamente, la primitiva hermandad, tenía una imagen de candelero de una Virgen de la que se desconoce la advocación.

Cuando se refunda la hermandad en el año de 1979, siendo consiliario y refundador el sacerdote Rafael María Galán Maestre, ya se habla de la realización de una imagen en un futuro con la advocación de María Santísima de la Alegría, que sería portada por mujeres costaleras, siendo uno de los principales impulsores el citado sacerdote.

En el artículo 54 de las Reglas de la Hermandad aprobadas el 2 de febrero del año 1990 y donde se especifican los Titulares y cómo serán llevados en la Salida Procesional del Domingo de Resurrección, ya se indica que la Virgen de la Alegría sería portada por mujeres costaleras, especificando en todo momento una igualdad total en el papel desempeñado por costaleros y costaleras, algo realmente curioso de contemplar en unas reglas de ese periodo, ya que hasta el año 2011, el arzobispo de Sevilla no firma un decreto que determina “la plena igualdad de derechos” de los miembros de las hermandades y cofradías, “sin que sea posible discriminación alguna en razón del sexo, incluida la participación en la estación de penitencia como acto de culto externo”.

La realización de la talla de María Santísima de la Alegría se lleva a cabo por aportaciones populares. La Virgen de la Alegría es obra del imaginero sevillano Antonio Dubé de Luque, se trata de una imagen de las llamadas de candelero para vestir y fue bendecida el día 21 de febrero de 1988 procesionando por primera vez en la Semana Santa de ese mismo año.

La Virgen carece del rictus doloroso, dado el espíritu jubiloso de la Resurrección de Cristo, mostrando el momento de transición desde el dolor a la alegría. Aunque es una imagen de Gloria, porta entre sus manos atributos pasionanos como el rosario y la rosa de pasión.

La mascarilla se inclina hacia la izquierda y hacia delante, poniéndose de manifiesto algunas caracteristicas de Dubé de Luque como el hoyuelo en la barbilla, boca entreabierta con proyección de la lengua hacia el exterior, ojos pintados sobre la madera, carnaciones sonrojadas pálidas, cuello tallado con la fosa supraclavicular. Lleva pendientes.

Sobre la cabeza ostenta corona imperial de plata dorada, realizada por el orfebre sevillano Manuel de los Rios: dicho artífice también realizó la ramita de azucenas que porta en su mano izquierda.

El paso de la Virgen primitivo estaba tallado por Antonio Martín Martín y Juan Manuel Romero Díaz y estaba formado por canastilla de madera con respiraderos.

La canastilla del paso actual realizado en los talleres de Manuel de los Ríos, es de metal plateado y está adornada con hornacinas, jarrones, cartelas hojarasca y columnas salomónicas y fue estrenada en 1997. El paso de Virgen, al igual que el del Cristo, en un principio era portado a hombro por fuera, al estilo ecijano. Posteriormente se cambiaron a costal y es como permanecen actualmente.

El paso de María Santísima de la Alegría es el primero de esta ciudad que fue portado en Semana Santa por mujeres.

Fotografía: Juan Palomo Ibáñez

María Magdalena

El día 6 de marzo de 1999, fue presentada por la hermandad la imagen de María Magdalena, donada por D. Fernando Luna Riel a través de un documento firmado conjuntamente con el Hermano Mayor D. Juan Palomo Ibáñez.

La escultura fue examinada por D. Rafael Amadeo Rojas Álvarez, Licenciado en Bellas Artes y por D. Fernando Martín Sanjuán, Radiólogo, los cuales emitieron sendos informes donde se detallaba el estado de conservación y caraterísticas artísticas y cuyo resumen se indica a continuación. La restauración corrió a cargo de Amadeo Rojas.

Imagen que presenta una escultura típica de candelero, con cabeza, manos y torso policromadas, brazos articulados y candelero sin policromar tapizado. Es probable, dadas las facciones, que la imagen tuviese una doble finalidad de Virgen Gloriosa y Dolorosa. La escultura ha llegado hasta nuestros días con alteraciones, sobre todo con intervenciones muy recientes de la segunda mitad del siglo XX. No se le aprecian deformaciones en la estructura, si bien se han detectado separaciones parciales en los brazos y en las uniones de algunas piezas de la cara y torso, motivadas por la introducción de elementos metálicos. La policromía de la imagen está realizada con técnica oleosa, pulida a vejiga. El examen visual con iluminación normal permite distinguir barniz superficial oxidado, que altera el cromatismo general de la obra.

Se realizan proyecciones radiológicas de frente y de perfil de busto femenino, prácticamente a escala natural. Consistente en talla de madera, realizada en tablones superpuestos con beta vertical hasta nivel de barbilla-cuello, cambiando con otra inclinación de beta desde aquí hasta la zona del busto.

La policromía se encuentra prácticamente conservada en su totalidad. La imagen pertenece al último tercio del siglo XVIII, principios del XIX y es de autor Anónimo.

Textos:
Marina Martín Ojeda, Gerardo García León (Misterios de Sevilla – Vol. IV – Ediciones Tartessos S.L.).
Natalia Pérez-Aínsua.
Rafael Amadeo Rojas Álvarez.
Fernando Martín Sanjuán.
Juan Palomo Ibáñez.

Reseña Histórica

El Provisor del Arzobispado de Sevilla, Pedro de Santander Manrique, con fecha 7 de febrero de 1601, aprobaba las Reglas de una cofradía de penitencia que, bajo el título de Sanctíssimo Desçendimiento de la Cruz, Benditíssimo Entierro y Resurreçión, se instituiría canónicamente en la parroquia Mayor de Santa Cruz de Écija.

Uno de los fines principales de la cofradía era la Estación de Penitencia, en la cual, cada Viernes Santo, sus cofrades asistían a los actos del Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo que se oficiaban en la parroquia mayor de Santa Cruz. Posteriormente partían en procesión con el Santo Sepulcro, efectuando las preceptivas estaciones en los conventos de Santa Inés, Santa Florentina y Espíritu Santo, antes de retornar de nuevo al templo parroquial. Todos los hermanos varones desfilaban con túnicas, capirotes y cintas negras de cordobán o vaqueta ancha, con sus escudos con la insignia del Descendimiento de la Cruz, portando luces encendidas en dos coros. En cuanto a las mujeres hermanas, procesionaban al final de la imagen con sus escudos de la misma insignia y luces encendidas. Se abría el cortejo con un estandarte negro de tafetán y cruz encarnada, viéndose acompañado el Santo Sepulcro por otros dos de menores dimensiones, todos portados por clérigos. Concluían los actos con una nueva procesión con Cristo Resucitado, que se iniciaba al amanecer del Domingo de Resurrección.

Poco después de su fundación, a la Hermandad se le conceden unas bulas que eran unos privilegios o indulgencias, la primera de ellas el día 15 de mayo de 1601, cuando se agrega a la Archicofradía homónima establecida en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma. Pasaba así a disfrutar de las gracias espirituales que habían sido concedidas a dicha Archicofradía por Gregorio XIV, y que permitían a la hermandad la celebración de las Cuarenta Horas.

En 1615, los cofrades del “Santísimo Descendimiento de la Cruz, Santo Entierro y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo” de Écija solicitaron licencia para que se agregase y encargase a dicha cofradía la administración y gobierno del Santísimo Sacramento, ya que en la parroquia no existía. Para ello se redactaron ocho nuevos capítulos, que fueron aprobados por el Provisor General del Arzobispado, Luis Venegas de Figueroa, el día 24 de marzo de 1628, y a partir de este momento la hermandad agregará a su título, “del Santísimo Sacramento” oficiando los cultos destinados a exaltar y confirmar el Misterio de la Eucaristía.

En el año de 1850 la hermandad se disuelve y pasarían 92 años hasta 1979 en que se constituye una Asociación de fieles en la Parroquia de Santa Cruz, con el objeto de promover la vida cristiana de sus miembros mediante el culto público y devoción del Santísimo Sacramento y Gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y asumir el patrimonio espiritual de la antigua hermandad. Las nuevas reglas basadas en las antiguas con la actualización de los tiempos, fueron aprobadas con fecha 2 de febrero de 1990.

La Hermandad tiene su sede canónica en la parroquia mayor de Santa Cruz. Esta iglesia goza de gran prestigio dentro de la historiografía ecijana por haber residido en ella la sede episcopal astigitana: durante la dominación árabe fue mezquita aljama, para convertirse en parroquia mayor tras la reconquista cristiana. A partir del siglo XIII fue construida una iglesia de estilo gótico- mudéjar con planta de cruz latina, tres naves y crucero, a la que se fueron añadiendo progresivamente diversas capillas, cúpula sobre el presbiterio, atrio, pórticos. etc.

En 1776, a raíz del mal estado en el que se encontraban las cubiertas, y paredes del santuario se decidió su derribo, encomendándose la traza de nuevos planos al arquitecto José Álvarez: estos serían modificados en 1791 por Ignacio de Tomás, imprimiendo su estilo personal al resultado definitivo de la obra. Finalmente, la nueva parroquia mayor de Santa Cruz fue inaugurada apresuradamente en 1836, quedando por concluir la cubierta de los dos primeros tramos. El edificio que hoy contemplamos tiene planta de salón, con cúpula rematada por linterna en el crucero, bóvedas de cañón con lunetos y tramos de bóvedas baídas. Se compone de tres naves que están separadas por arcos de medio punto sobre pilares de ladrillo, revestidos de sillares. Su estilo es neoclásico y se caracteriza por su gran sobriedad: sus altares consisten en hornacinas practicadas en los muros, adornadas con pórticos de fábrica, de orden corintio. En la actualidad. se hallan sin cubrir los dos tramos del templo Inacabados en 1836.

La hermandad del Resucitado venera a sus Titulares en uno de los sencillos retablos, situado a los pies de la nave de la Epístola, donde con anterioridad se rendía culto a Nuestra Señora de Guadalupe.

CRISTO RESUCITADO


Hay una explosión de Júbilo

En la Plaza Santa Cruz,

Con repiques de campanas

Porque aparece Jesús.

Ya sueltan esa palomas

Que hasta el cielo volarán

Como signo de Alegría

De Amores y de la Paz.

Suenan esos corazones,

De valientes costaleros

Que palpitan de verdad.

Ahí, debajo de Ti,

Y a pulso Te levantarán,

Las nubes serán sus hombros

Y ese Cielo, Tu mirar.

Suena una voz de aliento,

La voz de Tu Capataz:

“Juntos a una, Valientes,

Alzadlo con el corazón,

A Cristo Resucitado

Y de una levantá,

Que impaciente está por verlo

Nuestro Padre Celestial.”

Juan Palomo Ibáñez

VIRGEN DE LA ALEGRÍA


Es su Resurrección

Poder y grandeza,

Nuestro Dios de Amor,

Creador de naturaleza

Su mensaje de Paz

Anida en los corazones,

De hombres de verdad,

Con dudas y temores

Venció a la muerte,

Al odio y al mal,

Dándonos al seguirle

Paz y Felicidad

Llena Señor de Alegría

También las trabajaderas

Las de tu Madre, Virgen María

De mujeres costaleras.

Alberto José Santos Martín