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Hermandad de San Juan

ONTIFICIA, ILUSTRE Y MUY ANTIGUA HERMANDAD Y COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO, SANTA CRUZ EN JERUSALÉN, MARÍA SANTÍSIMA DE LAS MISERICORDIAS, SAN JUAN EVANGELISTA Y SAN FRANCISCO DE ÉCIJA.

Sede Canónica  Iglesia de San Juan Bautista

Hermano Mayor  Dª María de las Misericordias Ojeda Linares

Año de fundacion  1564

Número de Hermanos  905

Túnica del cuerpo de Nazarenos  Túnica de ruan negra de cola con esparto amarillo y en el antifaz cruz de Jerusalén en rojo. Sandalias y calcetines de color negro.

Su paso procesional calza  35 costaleros paso del Nazareno y 30 costaleros paso de la Virgen.

Día salida procesional  Viernes Santo

TITULARES

La actual imagen de Jesús Nazareno, documentada en 1593 por Alonso de la Plaza, fue profundamente restaurada entre 1958 y 1960 por Francisco Buiza y Joaquín Ojeda, modificando sustancialmente su postura y policromía, posteriormente en el año 20 del presente siglo dicha imagen fue restaurada de nuevo por el sevillano Pedro Manzano Beltrán, regresando al culto en la Santa Cuaresma del mismo año, bajo el mandato de la Junta de Oficiales presidida por Doña María de las Misericordias Ojeda Linares; destacando en dicha restauración una nueva corona de espinas realizada en plata de ley cincelada forjada y patinada por el también sevillano Joaquín Osorio. En cuanto a las imágenes de María Santísima de las Misericordias (1968) y San Juan Evangelista (1973), cabe destacar que son obras realizadas por el imaginero hispalense Ricardo Comas Facundo, siendo esta policromada por Joaquín Ojeda Osuna. La advocación de Nuestra Señora de los Dolores fue cambiada por la de Nuestra Señora de las Misericordias en los años veinte del pasado siglo, tras la reorganización de la Hermandad.

Fotografía: Antonio del Junco
Fotografía: Antonio del Junco
Fotografía: Nío Gómez

Desde el siglo XVII la procesión anual de Semana Santa era efectuada en la madrugada del Viernes Santo. A las dos de la mañana se iniciaba el cortejo compuesto por cuatro andas o pasos que portaban a Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores, San Juan Evangelista y la Verónica. Abría el desfile un hermano portando el estandarte de la congregación, seguían treinta cofrades o hermanos de cruz con sendas cruces de madera a cuestas, en recuerdo de la que llevó Cristo durante su martirio. Luego seguía una compañía de armados y a continuación venía un ciego, al que se pagaba para que fuese rezando delante del paso de Jesús Nazareno. También se pagaba a veinte personas que llevaban hachas de cera para iluminar las insignias. Otro tanto se hacía con doce pobres vecinos de la collación, a los que se alimentaba y vestía decorosamente para que, portando hachas de cera de tres pabilos, alumbrasen a la imagen del Nazareno, en recuerdo de los doce Apóstoles. Luego venía la capilla de ministriles, precedida de un clarinero, y seguida por dos coros de cantores. Las imágenes de la Virgen y el Discípulo amado, en sus respectivos pasos, eran alumbrados con diez hachas de cera y la Verónica, con ocho. Cerraba el cortejo el parroquial de la iglesia de San Juan Bautista, formado por los clérigos, capellanes y beneficiados, los cuales también recibían su salario y el correspondiente agasajo.

En 1677 ante el crecido número de hermanos que deseaban acompañar a sus veneradas imágenes y el excesivo gasto de cera que esto suponía para la hermandad, el cabildo acordó reducir a 100 y a 50 el número de hachas que precederían a Jesús Nazareno y a Nuestra Señora de los Dolores, respectivamente.

En su desfile anual, la procesión recorría las calles Aguabajo, Garcilaso, Espíritu Santo, donde visitaba el convento del mismo nombre, Plaza de Santa Cruz, Arco de Puerta Palma y calle Mayor del Valle, hasta el monasterio de Santa Inés. Luego regresaba a la Puerta de Palma y se encaminaba hasta el cercano convento de Santa Florentina, seguía hasta la calle Santa Cruz, Violería, Zapatería, cruzaba la Plaza Mayor y por las calles Platería y Cordero llegaba a su templo. A su paso por la Plaza Mayor la Hermandad era cumplimentada por la clerecía de las parroquias de Santa Cruz y Santa Bárbara. Desde tiempo inmemorial los clérigos y beneficiados de estas parroquias se congregaban ante la puerta principal del compás del convento de San Francisco para recibir solemnemente a la Hermandad. Pero luego reconsideró su actitud y decidió retrasar la hora de salida hasta el alba y acortar el recorrido del cortejo para llegar únicamente hasta la iglesia mayor de Santa Cruz, regresando a su capilla por el camino más corto. Esta decisión motivó una queja por escrito de los conventos de monjas de Santa Florentina y del Espíritu Santo, que se veían así privados de su visita anual. En el cabildo de 1778 la Hermandad decidió recuperar nuevamente el antiguo recorrido.

Otras fiestas que gozaban de gran solemnidad eran las celebradas el día 3 de mayo, con motivo de la Invención de la Santa Cruz, y el 15 de agosto, por la Asunción de Nuestra Señora. En estas ocasiones la capilla era engalanada y especialmente iluminada, se contrataba a músicos y se traía a predicadores afamados, se lanzaban fuegos artificiales y se instalaban luminarias en la torre de la parroquia. Los predicadores, clérigos y ministriles que asistían a las funciones eran agasajados con un refrigerio en el que se ofrecían bizcochos de polvorón, bizcochillos de chocolate y vino mistela.

Fotografía de San Francisco de Écija: Archivo del Consejo de Hermandades

Reseña Histórica

En la ciudad de Écija existe desde antiguo una Cofradía de Nazarenos denominada… Pontificia, Ilustre y Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén, María Santísima de las Misericordias, San Juan Evangelista y San Francisco de Écija… Su sede canónica radica en la Capilla de San Juan Bautista y fue fundada en el año de 1564, según datos que obran en poder de la misma… Posee dos Bulas Pontificias dictadas en 1613 por el Papa Pablo V y en 1664 por el Pontífice Clemente VII, donde se recoge por deseo de la Santa Sede, la agregación de esta Hermandad ecijana a la Archicofradía de la Caridad de la iglesia de San Jerónimo de Roma y a la Venerable y Muy Hospitalaria Hermandad del Salvador, también con sede en Roma.

Con el paso de los años se convirtió en una de las Cofradías ecijanas de más prestigio y personalidad dado su carácter austero a la hora de celebrar sus cultos de Reglas y de manifestar en un silencio y respeto absolutos, con el decoro propio que exige el negro ruán en sus tónicas, su fe dentro de la Estación de Penitencia que cada madrugada del Viernes Santo realiza en las calles de la vieja y barroca Ciudad de Écija… Sus Reglas primitivas estaban primorosamente manuscritas por el escribano Juan de Santa María, quien según un testimonio que se conserva, fue uno de los fundadores de la Hermandad…

Dichas reglas fueron aprobadas canónicamente por el Arzobispado de Sevilla el día 6 de marzo de 1582 y en ellas, la Hermandad se autodenominaba únicamente “Cofradía de la Santa Cruz en Jerusalén”… Diez años más tarde, es decir en 1592, estas reglas fueron por primera vez revisadas y ampliadas.

Por otro lado, cabe destacar un libro de cabildos cuyas fechas límites van de 1635 a 1906 y que constituye un verdadero tesoro documental para la Hermandad por cuanto contiene las actas de cabildos celebrados en este periodo, las cuentas de ingresos y gastos del culto, así como numerosos datos de interés sobre imágenes, retablos, procesiones, etc. Hay que advertir que en el amplio periodo histórico de este libro faltaban algunos asentamientos, pues concretamente las actas se interrumpen entre 1723 y 1759, casi con toda seguridad por extravío o deterioro de las páginas; y entre 1829 y 1890, periodo en el que la Hermandad sufrió una importante crisis que estuvo a punto de hacerla desaparecer.

Son de interés otros cuatro libros de registro de hermanos en los que aparecen inscritos los hombres y mujeres de Écija que entre 1644 y 1780 formaron parte de la Cofradía, con especificación de la cuota que abonaron a su entrada, y a veces, la inscripción de la fecha de su fallecimiento. Por último destacamos un pequeño legajo que contiene escrituras y expedientes diversos relativos a las reformas efectuadas en la Capilla de San Juan -Sede Canónica de la Hermandad- durante los siglos XVII y XVIII, así como varios pliegos y documentos de cuentas anuales con sus justificantes, comprendidas entre 1841 y 1890. En el archivo parroquial se conservan algunas escrituras de institución de mandas piadosas a favor de la Hermandad… Estas fuentes documentales se complementan con los datos que facilita el catastro del Marqués de la Ensenada, conservado íntegramente en el archivo municipal de Écija, y con varios expedientes de obras en la capilla que se localizan en el archivo del palacio arzobispal de Sevilla.

Según el libro de Reglas la Cofradía de la Santa Cruz en Jerusalén se encontraba establecida en 1592 en una capilla de la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Se desconoce con exactitud la situación y características de esta primera capilla, pero sabemos que en el año de 1602, la familia Castrillo, tras efectuar obras de ampliación en la capilla de San Antón, que era de su propiedad, consiguió que el Sagrario se trasladase a esta nueva capilla. Como consecuencia de ello, la Hermandad de la Santa Cruz en Jerusalén pasó a establecerse en lo que antiguamente era capilla Sacramental. Esta capilla fue compartida desde el principio con la Hermandad de las Animas Benditas del Purgatorio y, al parecer, su estrechez impedía la adecuada colocación de sus “insignias”. Por ello, en 1638 se llevaron a cabo obras de reforma y se elevó la reja exterior de la capilla.

NAZARENO


¡ Cómo se advierte la pena

En su rostro contraído!
Cuando su Paso mecido

Por el fervor popular,
Hace a la gente llorar

Y vibrar en sus latidos.
¡Nazareno de San Juan!

¡Triste reo de inocencia!
¡Aldabón en la conciencia!

Del ecijano creyente
Que ante Ti dobla su frente

Y te sigue en penitencia. (…)


Dª. Pepita Tomás Montero

MISERICORDIAS

Dios te salve Reina y Madre de Misericordias
Porque eres madre de los que sufren
Y virgen de los que no tienen suspiro.
Cuando tú misma,requiebro de suspiro, pasas por las calles,
Cuando la sombra de Sor Ángela se acerca y besa tu dorada faz, entonces, todo es distinto:
Distinto los ojos con que te miramos,
Distintas las lágrimas que derramamos
Distinta la voz con que te rezamos,
Porque tú nos purificas la mirada,
Nos bendices las lágrimas y nos santificas la voz.
Y es que hasta los ciegos ven tu cara con los ojos de su alma,
Hasta los sordos oyen un célico cantar,
Hasta los mudos te gritan con la voz de su corazón.
Y es que hasta las piedras saltan de gozo
Y te dicen:¡guapa!, ¡Guapa! Y ¡guapa!
Y en ese día los más nobles arcos
Del mundo te envidian a ti, écija,
Arco incomparable de écija,
Porque tú sirves de techo
A la muy augusta, serena e inmaculada
Virgen de las misericordias.
Mírame, madre, ten misericordia para tu pueblo,
Y perdona que termine en este estilo:
Es sincero, sale hondo y va el alma en un suspiro:
Misericordia, madre mía,
Tú eres sueño y luz astigitana,
Tú eres la mejor nacía,
La más guapa y ecijana
Que yo he visto en tó mi vía.


D. Manuel Martín Martín