Hermandad de la Virgen del Valle

La historia de la enraizada devoción del pueblo Astigitano a la Santísima Virgen del Valle, se encuentra, sobre sus orígenes y antigüedad, envuelta entre la niebla de las más variadas versiones, entre la Leyenda y la Historia real, que actualmente se conoce.

Empezamos pues con la leyenda, de que cuenta la tradición piadosa que: sobre el 582 a.c., Enviado San Leandro, Arzobispo de Sevilla, por San Hermenegildo a Constantinopla para interceder por su causa ante el Emperador Tiberio II, conoció en aquella corte a San Gregorio Magno. Intimaron ambos personajes y cuando San Leandro se dispone a regresar a Hispania, el legado Papal le regalo una imagen de la Santísima Virgen, esculpida por el evangelista y apóstol San Lucas. Una vez en Sevilla, se la envió a su hermano San Fulgencio, que en aquel momento era Obispo de esta ciudad, para que se la entregara a la hermana de ambos, Santa Florentina y la entronizara en el monasterio que había fundado aquí en Astigi, del que era abadesa.

Este Monasterio se hallaba en la ribera del Genil, muy cerca de donde hoy se halla el puente hierro, poniéndola Santa Florentina, en lugar preferente de la capilla del monasterio, para protección del pueblo astigitano y consuelo de las más de 300 monjas que guardaban clausura en aquel cenobio.

Con la invasión de Hispania por las tropas mahometanas en año 711. Las monjas del monasterio de Santa María del Valle, fueron las primeras religiosas que padecieron martirio en Hispania a manos de los moros. Cuentan las crónicas y la leyenda que las religiosas ante la cercanía de los moros y temiendo la barbarie de estos, se desfiguran el rostro para que no atentaran contra ellas; la morisma penetro en el convento y aterrados de verlas , comenzaron a asesinarlas, escapando algunas de ellas en dirección a la ciudad amurallada y cuando las alcanzaron en el que hoy está la ermita del Humilladero del Valle, las degollaron, por lo que aquel gran monasterio de Santa Florentina o del Valle se redujo a ermita, desde entonces hasta finales del siglo XV en que se reedifico. Volviendo a la leyenda, se cree que antes de ser asesinadas, las religiosas escondieron la sagrada imagen, quedando oculta hasta que en el siglo XV, el noble D. Luis Portocarrero VII Señor de Palma, estando de cacería, dispara sobre una paloma que se encontraba en la ruinas de un viejo torreón y por efecto del disparo, cayo parte del muro dejando al descubierto la sagrada imagen. Lo cierto es que volviendo a la crónica, es dicho Sr. de Palma el que a su costa, en el año 1486-87, pidió licencia y reconstruyo el monasterio, entregándoselo a la Orden de los Jerónimos.

Se tienen pruebas, de las innumerables veces que en su historia, la trajeron en solemne procesión a nuestra ciudad, ya en tiempo de aflicción, ya para darle gracias, por los beneficios recibidos por su intercesión.

La Santísima Virgen del Valle, permaneció en dicho monasterio hasta el año 1835, en que suprimida la nueva orden religiosa en el reino con motivo de la exclaustración, se hizo cargo de la imagen el Ayuntamiento de la Ciudad, trasladándola a la Parroquia Mayor de Santa Cruz, donde permanece en la actualidad colocada en su altar del lado del Evangelio.

Una vez entronizada definitivamente nuestra patrona en esta parroquia, se vio la necesidad y se promovió, el edificarle una capilla más acorde con su rango , lo que se llevo a efecto construyéndose por encima de la sacristía de la iglesia. También se le hizo un retablo nuevo, imitando las formas y elementos correspondientes al siglo XVIII, donde estaría flanqueadas a izquierda y derecha, por las imágenes de San Fulgencio y Santa Florentina, inaugurándose este camarín, el domingo 29 de Diciembre de 1929 y que es donde se venera actualmente la imagen de nuestra Patrona Ntra. Sra. del Valle.

En relación a la antigüedad de la cofradía o Hermandad, se dice que esta se fundó en tiempos inmemorial, y se tiene constancia escrita en el archivo histórico, desde el año 1401, en que se lega la herencia de una casa, a la Cofradía de Santa María del Valle.

En relación a las reglas de la Hermandad, podemos decir que la más antigua que se conocen, son del año 1664 y se encuentran en manos de un particular en Inglaterra; teniendo la Hermandad solo unas fotocopias de ellas. Gracias al interés que por su recuperación mostró nuestro ilustre escritor e historiador local D. Ramón Freire.

En cuanto a la restauración de la Imagen tenemos que decir que ya en el año 1950, el Sr. Hernández Díaz, que hizo un estudio de la imagen, comento que se hallaba sumamente mutilada y transformada debido a los cambios que se le habían hecho para ponerle las galas, con la que la adornaban constantemente, y que la policromía del rostro se encontraba en mal estado.